Son las 20:30 y acabas de llegar a casa
después de haber estado todo el día estudiando en la biblioteca. Es cierto que
primero de bachillerato es duro, pero lo es mucho más si quieres ser el mejor
del instituto, y tú lo estás consiguiendo.
Sueltas la mochila y te pones a
ver una serie, pero no han pasado ni cinco minutos cuando de repente suena tu
teléfono móvil. Qué raro, es el director del colegio.
Lo coges extrañado y en pocos
minutos te enteras de lo sucedido. Al parecer alguien ha entrado en el su despacho y ha robado el examen final de su asignatura. No sabe quién ha
podido ser, pero te dice que el despacho está bastante revuelto y que incluso
hay una ventana rota por la que cree que ha entrado y salido el ladrón. Notas
que está muy preocupado y cuando le preguntas que si puedes hacer algo por él
te contesta:
-Lo cierto es que sí, te he llamado a ti porque si hay alguien que puede descubrir quién ha robado el examen ese eres tú, por algo eres el mejor estudiante del instituto.
Miras la hora
(las 20:37), piensas que con un poco de suerte estás a las 22:30 en casa para
cenar viendo el último capítulo de Juego de Tronos. Tras un suspiro respondes:
-En 15 minutos nos vemos en su
despacho.
Cuando llegas, compruebas que el despacho está bastante desordenado. Parece que el ladrón se entretuvo bastante en buscar el examen y lo revolvió todo un poco, de forma que está todo descolocado y hay papeles y otras cosas por el suelo. Tal y como te dijo el director, la ventana está rota y hay algunos cristales bajo ella. Miras la hora (21:01) y te pones manos a la obra. Estás seguro de que más tarde o (preferiblemente) más temprano, vas a dar con el ladrón. Pero antes de empezar le pides al director que te cuente qué es lo que ha ocurrido.
-Yo estuve elaborando el examen
por la mañana –comenta el director-. A las 12:00 tuve que irme a una reunión
que se alargó hasta la tarde y que terminó a las 20:00. Y cuando llegué aquí
sobre las 20:30 para recoger mis cosas fue cuando descubrí todo este desastre.
Interesante… -piensas-. De modo
que el robo se produjo entre las 12:00 y las 20:30.
-Otra cosa director, ¿tiene la
lista de estudiantes de la clase en la que iba a hacer el examen? Porque está
claro que el ladrón tendría que estar entre ellos.
-Sí, la tengo por aquí.
-Bueno, un momento… ¿este curso
daba educación física como optativa?
- Sí –dice extrañado el
director-. Creo que sí.
- Muy bien, ¿me podría dejar ver
también sus fichas de educación física? -Ante la extraña mirada del director te apresuras a explicarle los motivos de tu petición.- Lo digo porque ahí vienen más datos de
cada alumno, tales como el peso, la estatura o incluso el grupo sanguíneo. Todo
esto son datos que quizá nos ayuden a establecer quién ha robado el examen.
-Ah, claro, ¡buena idea! –dice el
director mientras se pone a buscar dichas fichas.
-Por último, ¿podría comprobar si
estos alumnos tienen alguna coartada sobre lo que estuvieron haciendo en las
últimas horas? Es decir, si estuvieron en clase de algo o en algún sitio que
pudiera garantizar que no estuvieron aquí en su despacho, como puede ser clases
extrascolares o las propias clases del instituto.
-Sí, voy a comprobar si algún
alumno faltó a alguna hora y voy a hacer algunas llamadas para ver si puedo
conseguir información acerca de qué hicieron en el horario extraescolar.
Dicho esto, el director se fue
por el pasillo a cumplir las tareas encomendadas. Mejor, nunca te ha gustado
que te molesten cuando estás trabajando.
Ahora sí, te pones a investigar
la escena del crimen.
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